Gente adorable.

domingo, 21 de agosto de 2011

Samantha Hendersson, 1.4

La pareja sonreía, Josh se limitó a mirarme unos segundos para luego liderar la marcha hacia el asador donde solíamos comer. Era barato, y la carne estaba muy rica. Peter se atrasó para poder hablar con mi hermano, y yo me adelanté, deshaciéndome del brazo que había pasado por mis hombros. Sonreí de forma amable a Alisob, y le di un suave abrazo. Era mi mejor amiga. Ella siempre me había animado, me había apoyado, y me estaba ayudando a ser tan fuerte como ella. Siempre me decía que había madurado de golpe. Y no me importaba. Esta muy bien así. Aunque lo que necesitaba era un poco de dinero. Una vez rompimos el abrazo, ambas enganchamos los meñiques y dejamos caer los brazos sin soltarnos. Solíamos hacer eso, era costumbre.
-Tienes una cara de sueño... -rió, tirando de mi mano para colocarnos cada una a un lado de Josh.
-Dormí una siesta.- sonreí con brevedad, arrebatando de la cabeza de mi amigo su gorra, colocándomela yo. Él nos miraba y sacudió la cabeza para re-colocar su pelo, riendo al observar mis gestos.
-¿Qué hora es?-preguntó él, mirando hacia atrás.
Max sacó su móvil del bolsillo de sus vaqueros y miró la hora, alzando la vista hasta nosotros. Paró de hablar con Peter, alzando la voz para que le escuchásemos.
-¡Una y media!
Asentimos. Volvimos a mirar al frente y hablamos, mientras nos dirigíamos al lugar donde siempre almorzábamos.
Una vez llegamos, tomamos asiento en la mesa del rincón, pegada a la ventana. Donde siempre.
Josh, yo, Max, y en el sillón de en frente, Alisson y Peter. Mi hermano alzó la cabeza, sonriendo y asintiendo al escuchar a Jane, la camarera, decir: "¿Lo de siempre, chicos?". Josh se inclinó hacia delante y apoyó los codos en la mesa. Me quité la gorra y se la coloqué. Noté cierta rigidez en sus movimientos. Siempre lo hacía cuando lo rechazaba. Pellizqué sus mejillas haciendo que me mirase. Una vez lo hizo, coloqué su flequillo con los dedos. Seguidamente, di un corto beso sobre sus labios. Suave. Me aparté, sabiendo que ahora sonreiría. Así era. Su cara había cambiado. Solté una suave carcajada al saber que tenía razón. Extendí los brazos, ejerciendo fuerza en su cuello, abrazándole. Me lo correspondió, emitiendo un sonido semejante a un ronroneo, frotando mi espalda. Los demás no le daban importancia a aquello. Sabían lo que traíamos entre manos juntos.
-Aquí tenéis-Jane depositó una fuente con varios filetes de carne con patatas fritas y ensalada como guarnición.
Se irguió y dio media vuelta, volviendo a la barra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario