Gente adorable.

martes, 23 de agosto de 2011

Samantha Hendersson, 1.6

Miró nuevamente la escena. Se irguió y me hizo una señal para que me quedase en el sitio, entregándome su teléfono.
-Llama a Peter-y salió a la ayuda del muchacho.
Tragué saliva y tomé una bocanada de aire. Tecleé con rapidez y cierto nerviosismo el teléfono de Peter. Tres largos tonos...
-Dime, Max.
-Soy Sam. Necesitamos que vengas al túnel de la estación antigua. Pelea, hay tres.-me asomé nuevamente y pude ver a mi hermano golpeando al chico rubio. El chico de la chaqueta beige estaba tumbado en el suelo. Agazapado. Seguía dándome la espalda. Volví a erguirme y comencé a hablar nuevamente, atropellando las palabras.- Rápido, Peter.
Colgué el teléfono y lo guardé en el bolsillo trasero de mis vaqueros. Respiré hondo y al escuchar nuevos alaridos de dolor, me asomé para mirar a los chicos enfrentados. Pude ver al muchacho que comenzó la pelea tambalearse y ponerse en pie. Se acercó a Max y propinó fuertes patadas en el costado del que parecía el líder del grupo, el des muchacho rubio. Uno de ellos había desaparecido. Sacudí la cabeza y fruncí los labios para reprimir el poder gritar el nombre de mi hermano. A los pocos minutos, Peter y Alisson saltaron el poyete y él me puso la mano en el hombro. Hice un movimiento con la cabeza con los ojos algo vidriosos y el chico echó a correr para ayudarles.
Alisson se asomó, apartándose después para abrazarme. Siseó.
Escondí la cara en su hombro. Notaba el modo en el que mesaba mi pelo y se movía un par de pasos hacia un lado para observar la escena. Era extraña la tranquilidad y serenidad que aparentaba en ese momento de tensión.
Podía oír alaridos de dolor, y golpes. Debían ser fuertes. Apreté los párpados y absorbí por la nariz .Rompí el abrazo y me giré, estábamos situadas en medio de la vía. Pude ver cómo ahora miraban todos la vía del tren, en sentido contrario a nosotras.
-El tren.-murmuré, cuando de repente el sonido de la máquina.
Miré a Alisson, la cual se llevó la mano a la boca, para emitir un fuerte silbido, llamando la atención de los chicos, los cuales se apresuraron a salir del lugar. Observé cómo sujetaban al chico al que habían ayudado y corrían con él cogido en peso.
Debía de dolerle todo el cuerpo por sus muecas. Salimos del túnel y Ali subió el muro. Yo esperé a los chicos, ya que tardaron muy poco.
-¡¡Samantha, sube!!-se limitó a gritar mi hermano.
Obedecí. Era todo muy extraño. Las cosas estaban pasando muy rápido, más incluso que la velocidad del tren. Una vez arriba, sujeté la chaqueta del chico moreno, tirando de él para ayudarle a subir. Ali me ayudó. Peter y Max subieron de un salto, y ayudaro nal muchacho a subir el poyete, junto con nosotras.
-¿Qué vamos a hacer con él?-pregunté, observando ahora su cara.
Estaba con los ojos algo entrecerrados, pero pude ver el color de los mismos. Eran verdes, como si de un par de esmeraldas se tratase. Tenía gotas de sangre por el rostro, y cabeceaba, incapaz de erguirse demasiado.
-Vamos a casa a curarle, anda-y mi hermano me hizo una señal para que le ayudase a llevarlo a cuestas.
-Gracias.-susurró en un débil murmullo el muchacho.
Nos limitamos a esbozar todos una pequeña sonrisa y volvimos a dividirnos.
Ojeé de nuevo al chico para luego mirar a Max, el cual me sonrió.

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